Marte II: ahora se vé mejor
28 de Agosto, 2003   16:25

Ayer estuve trabajando toda la mañana mientras pensaba en mi telescopio y el hecho de que se viera tan mal la otra noche. Comí corriendo para poder dedicarme a investigar un rato y como mi memoria con el tiempo se va acordando de las cosas, me acordé que mi hermana tenía un microscopio relativamente decente, y decidí quitarle el ocular para hacer pruebas con mi telescopio; al mismo tiempo rebusqué de nuevo entre mis trastos y saqué mi caja de lentes y prismas, uno de los mejores regalos que han hecho nunca (gracias de nuevo, tío Ángel ; ) y algún que otro objetivo de mi cámara réflex para hacer pruebecillas. Con el ocular del microcopio bueno y mirando a objetos y casas en el horizonte, se vería de miedo, pero tuve que ingeniarme la manera de poder fijarlo al objetivo porque tener un telescopio en dos piezas es todo un gran coñazo. Con el tapón de un bote de quitaesmalte de uñas de mi mami, un trozo de maderilla y una seguetilla lo arreglé en un pispás. Pero el caso es que se veía algo raro, algo raro que se acentuaba cuando volvía a poner el ocular del microscopio de plasticucho. Al final descubrí que era un trozo de filtro naranja de plástico que había dentro del objetivo, fijado a una de las lentes del interior, y que en alguno de mis experimentos intentando proyectar la imagen del sol en un papel para verle las manchas se había fundido y claro, distorsionaba que no veas. Quitado el plastiquito, ¡dios santo!, ¡qué bien se veía todo!. El caso es que seguí haciendo pruebas con las diversas lentes, intentando dilucidar la distancia focal del objetivo principal del telescopio (un objetivo réflex de 500mm) para poder calcular los aumentos,... y finalmente llegué a la conclusión de que el ocular del microscopio de la noche anterior, el de plasticucho, era el que más aumentaba y parecía verse bien.

De vuelta al trabajo y deseando que el sol se pusiera y que Marte, el planeta más famoso del universo en estos días, saliera. Y salió, pero no debía haber nada interesante en la televisión del Olimpo, porque San Pedro, seguramente aburrido de la programación de su TV, decidió sacar unas nubecillas simpáticas que taparon Marte a ratos, y a otros ratos lo dejaban más borroso que lo que yo veo cuando me quito las gafas. Moraleja: que hasta las 2’00 estuve viendo las nubes pasar y finalmente pude enfocar hacia Marte, y a pesar de ser el mismo aparato de la noche anterior, con las mismas lentes, al haberle quitado el filtro de plastiquito deformado, se veía todo mucho más claro. No voy a decir que perfecto, ni mucho menos que fuera tan grande como en el telescopio de mi amigo, pero se veía, para mi gusto algo más definido, e incluso pude echarle una fotillo (la del encabezado del artículo más arriba). Para que quede constancia ; )

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