El sábado pasado participé con unos amigos en una regata de veleros; ya habíamos hecho alguna que otra el año pasado, pero ese sábado participábamos en la categoría con Spinaker, que es una vela que parece un globo y que es algo jodidilla de montar, sobre todo cuando no lo has hecho nunca. Y nosotros, por falta de tiempo, no lo habíamos hecho nunca, así que nos pasó lo que nos tenía que pasar: liamos una buena y se nos escapó el cabo que une la parte superior de la vela al mástil, y aunque afortunadamente no hubo daños materiales y no nos cargamos nada, ya no pudimos utilizar la vela en toda la regata y llegamos de los últimos (bueno, concretamente los últimos :O)

Luego resulta que RBK, esta mañana, me envía un powerpoint muy ilustrativo explicando qué es un carajo, (véase, la parte alta del mástil dónde se subían los marineros a vigilar si llegaban a tierra) y a su vez, esta tarde habíamos quedado mi amigo Arturo y yo (sí, el también se llama así ;) en su barco para arreglar el desastre que habíamos hecho la semana pasada. Uno de los dos se tenía que subir al tope de mástil, y como yo pesaba 10 kilos menos que él me tocó a mí subir hasta arriba, que aunque es algo incómodo tiene unas vistas alucinantes. Encima pudimos arreglar lo que estaba “desarreglado” y nos quedó un buen rato para navegar por la bahía y probar el Spinaker (aprovechando para aprender a montarlo) por lo que finalmente fue una tarde muy entretenida.

Así que no solo puedo decir que me mandaron al carajo, sino que además fui e incluso volví ;)

Les habló un tiíllo, hoy, desde el carajo ;)

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